vie. Jun 9th, 2023

Club Social

Dolores

César Meckievi, antes de la Final y el retiro: “Me voy lleno y feliz”

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A tres días de la Final de Vuelta, el jugador Celeste analiza el pasado y presente del básquet del club, las claves de haber llegado a la última instancia y un análisis de su carrera, que terminará cuando finalice este torneo.

César es un símbolo de básquet del club desde hace décadas. Se acercó a la Sede para jugar algunos “picados” con adultos mayores que él cuando era adolescente, y desde ahí Social fue su segunda casa. Estuvo siempre jugando o colaborando con el básquet del club, fue dirigente en dos presidencias y hoy es parte del plantel de la 1° división, que está 1-0 en la Final del torneo de la ABPCyCS ante Fomento de San Bernardo.

El domingo será el último o anteúltimo partido de tu carrera. ¿Cómo te sentís?
Estoy muy feliz como hincha del club y como parte de este proceso que formó e instaló una Primera División. Ganar la final sería el broche oro para este enorme esfuerzo colectivo de personas humildes, buena gente. Mi momento terminó y hay que darle lugar a los más jóvenes para que esto tenga continuidad. Fui feliz en la cancha de básquet y lo seguiré siendo en el costado.

La Primera División se formó recién en 2021, donde además no tuvo mucha competencia, ¿cómo llegaron a una Final tan rápido?
Tenemos la suerte de tener muy buenos atletas: Seba Galay tiene un corazón enorme, acompañado de una capacidad física y técnica genial; Juan Galdos es quizás la última gran joya del básquet dolorense; Leo Navarro lo ves saltar y correr y parece que tiene 20 años; Gonza Del Matte ha evolucionado mucho, en los últimos seis partidos que ganamos estuvo en un nivel altísimo, bancándose a los mejores pivots de la liga; y quiero destacar la llegada del Colo Olivera, que nos aportó muchísimo: básquet, fuerza, penetración, gol. Yo hoy soy un jugador de roles, algo que nunca fui en mi carrera. Esos roles se cumplen para que los mejores, por ejemplo, tiren: el Mono, Gaspar, Seba, el Colo y demás.

Vos arrancaste como entrenador de este equipo a principios del año pasado
Sí, esta iniciativa fue una idea de jugadores del club, que le plantearon al presidente y llegó a buen puerto. Yo arranqué como director técnico y en un torneo que Fede Zuleta se lesionó, terminamos invirtiendo los roles. Me dí cuenta que tengo 44 años y la edad pesa, además de que es un riesgo físico jugar contra jugadores jóvenes y fuertes. Nunca fui un dotado físicamente, pero si fui un buen aprendiz, lo que me permitió desarrollarme. Quiero tener la madurez de que el básquet no me retire a mí, sino dar un paso al costado en un buen momento. Seguiré compitiendo cuando me den ganas, pero no en una Primera federada. Me voy lleno y feliz.

¿En qué hace hincapié el entrenador?
En la entrega y la concentración. Que seamos humildes, no hacer locuras, ser conscientes de nuestras limitaciones. Uno de nuestros puntos altos es ser muy, muy sacrificados en defensa. Como te dije, el grupo tiene grandes jugadores, pero no mucho desarrollo federado en básquet. A eso hay que sumarle no tener a todo el plantel en los entrenamientos, porque varios jugadores no viven en Dolores, más allá de que se las arreglaron para estar en casi todos los partidos. Con mucho sacrificio y concentración tratamos de suplir eso.

¿Cómo se sienten ustedes de cara a la Final?
Estos últimos partidos nos dieron mucha confianza. Tuvimos dos palizas seguidas (en Gesell y San Bernardo), donde estábamos diezmados por la disponibilidad de jugadores y quedamos casi afuera. Pudimos ganar seis partidos seguidos y estamos a uno de lo que todos queremos. Creo que fue clave que siempre nos manejamos con respeto y conscientes de que hay que trabajar muchísimo en cada partido: tuvimos cabeza y compañerismo; toca defender, bajamos el culo y nos esforzamos al máximo. El domingo somos locales y sabemos que la hinchada nos va a empujar, como lo hizo ante el Poli. Termine como termine la Final, este momento va a quedar en nuestra historia personal.

¿Cómo veías y cómo ves el básquet de Social?
Estábamos en falta, se nos habían ido muchos chicos a otros clubes y el básquet de Social se estaba debilitando. Fui uno de los que propuso al Colo Azconovieta, porque me parecía que podía generar lo que nos faltaba: fortalecer las categorías formativas para elevar todo lo que viene después. Hay un montón de jugadores de Primera División de otros clubes que se formaron en Social, incluidos casi el 100% de los nuestros. Esos chicos por algo se fueron, hoy estamos trabajando para que los que formaron acá, sigan.

¿El balance es positivo, entonces?
Social está en un momento basquetbolístico bueno por donde se mire: las divisiones formativas en crecimiento, la Comisión Directiva receptiva a las necesidades del deporte, las primeras divisiones comenzaron y se consolidaron, y en el caso de los hombres con chances de ser campeones. El Colo Azconovieta tiene una gran capacidad para armar grupos, algo que se ve por ejemplo en la formación de la Primera femenina, y esto es fundamental para desarrollar cualquier deporte en equipo. A mí que soy del club, que toda la vida la peleé en el básquet de Social, me pone feliz.

¿Cómo seguir mejorando?
Hoy Dolores tiene cinco clubes que tienen desde Premini hasta Primera, algo impensado hace algunos años y que habla de una capacidad de organización y conducción muy fuerte.  Social debería ampliar su estructura de básquet en cuanto a cantidad de profes y profundizar el desarrollo del minibásquet. El Colo ha hecho un excelente trabajo y hay que seguir apuntalando su línea, que nos dará más y mejores jugadores para el futuro. Tener una subcomisión, una proyección, darle herramientas a la Comisión Directiva para que confíe, tener un proyecto en el que puedan trabajar ellos también.

Fueron muchos años dentro de la cancha, seguro tendrás muchos agradecimientos
Sí, a todos los que fueron parte de mi historia como jugador de básquet: mis viejos, mi hermana; a quienes me hicieron lugar en el club: Chalín y Cope Cerdá, el Caña Vincent, el Pájaro Pereyra. A partir de que ellos me integraron empecé a tener amor al club, me hice socio, me enamoro cada vez que entro y hoy mi hija forma parte de su vida también. No quiero olvidarme de Ricardo (Zabaljauregui), que me fortaleció como jugador y persona, mejoró mi ego y mi manera de salir al mundo. También a mis amigos y compañeros de Banco Provincia en La Plata, donde fui subcampeón Primera División en 1996-97 cuando me fui a estudiar, y también a los de Quilmes de Mar del Plata, donde jugué a los 34 años y me ayudó a crecer un montón como jugador.

¿Qué te ves haciendo en 2023?
Me veo colaborando, siempre a disposición de lo que Fede Zuleta y el Colo Azconovieta propongan. Cuando fui dirigente sentí que tenía mucha vocación de servicio para el club y la sigo teniendo, especialmente para el básquet. Siempre pienso en cómo ayudar a Social y quiero que el club sepa que puede contar conmigo.

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